No es desconocido que en ‘La ciudad que nunca duerme’ urge sangre
nueva para cimentar el nuevo proyecto, y es por ello por lo que vamos analizar
con mayor o menor detalle los jugadores que aterrizarán en Nueva York
próximamente.
CLEANTHONY EARLY
Consagrados como la sorpresa de la temporada universitaria,
Wichita State basaba su éxito en un sentido colectivo envidiable, una máquina
plural que fundamentada en una asimilación de roles impecable, mostraba una
solidez tan efectiva como diferencial. Pero toda hazaña necesita de un líder, y
es ahí donde encontramos a nuestro protagonista. Nada más salir el nombre de
Cleanthony Early por la boca de Mark Tatum en la trigésimo cuarta posición, la
primera reacción fue de ilusión, y no es para menos.
Con la versatilidad como mejor arma, Early se erige como un
anotador por naturaleza, que si bien ha jugado como power-forward en la NCAA, se postula como un ‘3’ natural a nivel
NBA que sin tener alergia a la zona es en las lejanías del aro donde se
encuentra su área de acción más habitual. Es precisamente en el perímetro donde
reside su aportación más notoria, y es que sin ser un especialista demuestra
tanta rapidez como eficacia en el catch-and-shoot.
Todo ello no eclipsa su instinto interior, porque aun contando con un manejo de
balón que se postula como tarea pendiente a mejorar, sabe desenvolverse de
espaldas al aro, haciendo gala de un toque y unos recursos que hacen justicia
con la calidad que atesora como prolífico brazo ejecutor que es.
Pese a gozar de un potencial defensivo a tener en cuenta,
plantea interrogantes, no sólo en términos de creación y toma decisiones, sino
en lo físico ya que de su adaptación al siguiente nivel dependerá su impacto
inmediato. Sin embargo, el valor de este sobresaliente atleta no sólo radica en
una versatilidad determinante sino en una solvencia y una capacidad de
liderazgo que le convierten en un jugador tan preparado para dar el paso como
para ser ese complemento de lujo que no necesita la luz de los focos para
brillar con luz propia.
THANASIS ANTETOKOUNMPO
La
saga Antetokounmpo continúa con un jugador que al igual que su hermano presenta
un físico prodigioso como principal valedor, pero con una puesta en escena diferente.
La versatilidad del de los Bucks se contrarresta con la potencia de un jugador curtido en la D-League, que sin presentar el amplio abanico de recursos que saca a
relucir Giannis, demuestra un atletismo
diferencial tanto en ataque como en defensa.
Imparable en transición, se erige como un gran defensor potencialmente hablando
y aunque es limitado en cuanto a fundamentos, lo compens con un motor que le
permite ofrecer una intensidad impagable en ambos lados de la cancha.
Sin embargo, su inexperencia le convierten en un jugador inconsistente, cuyas limitaciones técnicas le exhiben como un jugador por hacer en todos los sentidos, por maximizar unas virtudes que le erigen como un proyecto más que una realidad. Tal vez sea esa incertidumbre e incógnita que le rodea lo que suscita la curiosidad y atractivo de un Thanasis poseedor de una base magnífica sobre la que prosperar.
Mención especial: Louis Labeyrie
Si ya de por sí la obtención de la elección #57 fue sorprendente, aún lo fue más la selección de Louis Laberyie. Contra todo pronóstico, este espigado ala-pívot francés casi desconocido para todo el panorma NBA aterriza en la Gran Manzana como un plan a largo plazo de la franquicia knickerbocker. El galo ofrece una planta prometedora, y es que más allá de su aparente falta kilos se encuentra un atleta muy a tener en cuenta. Un jugador que a falta de unos recursos ofensivos aún por desarrollar presenta un tren inferior con el que hacer del aire su hábitat habitual. Un interior ágil y de gran movilidad que intenta hacer del tiro de media distancia una seña de identidad con la que convertirse en un '4' versátil que pueda materializar una explosión algo tardía respecto a lo que se esperaba a estas alturas de él.
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