sábado, 7 de junio de 2014

La semilla de oro

Con las finales en juego entre San Antonio Spurs y Miami Heat, en Nueva York no se presta total atención al combate que decidirá el campeonato. La vista de todos lo que piensan en azul y naranja se divide, poniendo un ojo sobre la prensa. Rumores y más rumores, pero, hasta ahora, nada oficial. Desde los despachos de los Knicks se lanzan ofertas a jugadores y, sobre todo, entrenadores, sobre los que construir el nuevo proyecto. Los 41 años sin tocar el dorado se han hecho eternos y la temporada pasada fue, precisamente, lo contrario a lo que se debe perseguir para lograr el éxito; lo que ha hecho a Spurs y Heat finalistas. A la cima de la montaña no se llega si no se trabaja de manera obsesiva, grupal y sólida, y Jackson lo sabe por experiencia propia. Es por eso por lo que es la mejor elección posible para los despachos de una franquicia necesitada de logros. Para él es un reto nuevo, pero para Nueva York es todo un motivo para tener confianza en el futuro.

A pesar de ocupar muchas líneas últimamente en la prensa, los Knicks siguen sin un entrenador. Actualmente se espera a la decisión de Derek Fisher. El -por ahora- base de los Thunder ha sido y es un conocedor total del juego. Un point-guard clásico de los que su labor se basa en hacer que el equipo funcione. Ya vimos en el pasado año cómo Jason Kidd dejó el parqué para sentarse en el banquillo y, la verdad es que mal no le ha ido. Los galones y la experiencia facilitan el trabajo y el ser ex-jugador te acerca a tu plantilla. Algo que hace a Fisher encajar en NY es el hecho de haber trabajado con el Maestro Zen. Phil quiere a alguien que comparta filosofía y vivencias con él, alguien que conozca de buena mano su fórmula secreta para cosechar gloria. Otros nombres como Steve Kerr o Tyronn Lue han sonado también y ambos comparten lo buscado por Phil Jackson.
Celebrando uno de los anillos ganados con Fisher.

Sin embargo, en cuanto a jugadores no están haciendo demasiado ruido. Sólo un jugador ha llegado a Nueva York en los últimos tiempos. Su nombre Lamar Odom y su contrato "tiene truco". Fue fichado el día en el que acababa la ya pasada campaña con un contrato de 1+1, es decir, quedaba atado a los Knicks para esa temporada pero respecto a la siguiente el equipo tiene el derecho de decidir si confían en él o no, todo depende de cómo se encuentre. Lamar es otro que, como Fisher, Kerr y Lue ha ganado con Jackson y este confía en él. El talento no se marcha (por muchos problemas extradeportivos en los que se haya visto envuelto últimamente) y el ala-pívot tiene una oportunidad para volver a brillar que podría ser su última.

11 anillos como entrenador, 2 como jugador.
El conocimiento del juego es un factor decisivo a la hora de elegir integrantes para el nuevo proyecto (y si no que le pregunten a Gregg Popovich...). La inteligencia es un don que no se trabaja. La capacidad de ver un pase que nadie ve y que cree algo o saber elegir cuál es la mejor opción es un valor cuya relevancia es incalculable. Por ello Pablo Prigioni es diferente y por ello Kerr y Fisher fueron los bases de Phil. Además, su famoso triángulo ofensivo debe llevarse a la práctica en los New York Knicks. Woodson ya mostró su intención de adaptarse a él, pero Jackson declinó su oferta, buscando a alguien con experiencia en este sistema tan conocido. El presidente trata de arraigar el éxito que lleva consigo desde los años 70. Sembrar la semilla de oro mirando hacia atrás es el objetivo.

¡Gracias por dedicarme un momento! @GCoronelM

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