Si pudiéramos describir con una palabra el inicio de
temporada de los Knicks, la elegida no sería precisamente positiva, más bien
todo lo contrario. Contra todo pronóstico, ni juego ni resultados están siendo
los esperados y una ahogante sensación de necesidad de cambios inunda la
capital del mundo.
Tras “regalar” picks de drafts a Denver en el traspaso de
Carmelo y a Toronto en el de Bargnani, los neoyorquinos se encuentran sin
elecciones hasta 2018, lo cual puede suponer un grave inconveniente viendo la
necesidad que tienen los Knickerbockers de savia nueva. Además, se encuentran con otros problemas
mirando hacia adelante. La veteranía de un jugador clave para ellos como es
Prigioni es un simple factor más para ser negativos (o, al menos, tener actitud
dubitativa) respecto al futuro Knick, pero lo verdaderamente significativo
viene cuando hablamos de la estrella de la franquicia. Melo será agente libre
este verano y, obviamente, novias no le faltarán. Los rumores que apuntan a su
marcha le rodean, mientras que él personalmente se ha declarado con ambos pies en
NY. Los nombres de Lakers y Bulls suenan con fuerza como posibles destinos
del alero de Brooklyn, aunque su esposa LaLa ha afirmado que la estrella neoyorquina seguirá en los New York Knicks.
El tema de los
salarios también es considerable. Sin contar el de Melo, quien ya dijo que no aceptará el año siguiente al que opta, casi 67 millones de dólares tienen los Knicks en los salarios
de tan sólo 10 jugadores para la temporada siguiente. Stoudemire, Bargnani y
Chandler pasarán los 10 millones de dólares y, el primero de los 3, incluso los
20, con 23,430 millones, por lo que si Carmelo decidiera partir tendrían poco
margen para buscar a alguien que ocupe su puesto tras su marcha. A todo esto
debemos sumarle el “interminable caso de Amar’e Stoudemire”. Siempre entre
algodones por sus maltrechas rodillas y, últimamente, con un rol mucho más secundario
del que podría tener. Nada es como cuando llegó a la ciudad de los sueños,
cuando era un hombre consagrado en la liga y que devolvía la esperanza a los
fans Knickerbockers. A día de hoy sólo es uno más que aporta lo que puede desde
el banquillo (cuando puede, ya que como anteriormente apuntábamos, las lesiones son un gran quebradero de cabeza para el ala-pívot), aunque con una gran diferencia de los demás: su sueldo de súper
estrella, lo cual haría más difícil aún un posible traspaso.
Tras analizar todo
esto, te preguntarás: ¿hay algún motivo para ser positivos respecto al futuro
Knick? Sí, sin ninguna duda. 2 nombres; los de Iman Shumpert (quien vive su
tercera temporada en la NBA con 23 años) y Tim Hardaway Jr. (que está viviendo
un año rookie complicado con 21 años), quienes podrían ser los que dieran alas
a la franquicia en un mañana que se antoja complicado, aunque sus futuros no
están garantizados en NYC. Si hay algún rumor de traspaso que envuelva a los de
azul y naranja, al menos uno de ellos estará en el ajo, normalmente Iman, quien
parece que no es del agrado del dueño de la franquicia, James Dolan. A pesar de que éstos rumores ya se han calmado, la lejanía de los puestos de Playoffs no hace ser muy optimista en lo que a ellos se refiere, sobre todo teniendo en cuenta ésta "obsesión" que tiene el propietario con tener a Iman fuera.
¡Gracias por dedicarme un momento! (@GCoronelM)
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