Garra, pelea, compromiso, son algunas de las palabras con
las que mejor podríamos definir a uno de los gladiadores con más pedigrí a día
de hoy en la mejor liga de baloncesto del mundo. Capaz de frenar a cualquier
rival en la pintura sin importarle los medios, es uno de esos jugadores contra
los que nunca es agradable jugar. A pesar de no ser aquel jugador que deslumbraba por su movilidad y atletismo en Nueva Jersey, se ha convertido en una de las
piezas clave de su equipo en esta recta final de temporada. Como no podía ser
de otra manera, hablo de Kenyon Martin.
Después de su breve paso por los Clippers, K-Mart pasó a ser
de nuevo agente libre. A priori, después de haber mostrado un buen nivel físico
en Los Angeles, era poco probable que ningún equipo se fijara en él, pero lo
cierto, es que nos acercábamos al ‘tip-off’, y el ex de los Nuggets no tenía
equipo. Según los medios, novias no le faltaban, pero no había ninguna
franquicia que estuviera dispuesta a dar el paso. Aun siendo larga su espera, una vez sobrepasado holgadamente el
ecuador de la temporada regular -y tras estar muy cerca de fichar por los
Celtics- los Knicks sorprendían a todos haciéndose con los servicios del
ala-pívot de 35 años.
Desde bien temporada, el calvario de lesiones que sufrían en
la pintura de los Knicks no parecía tener fin, por lo que finalmente se optó
por reforzar el juego interior. Debido a la prolongada inactividad del de Michigan,
se dudaba de si K-Mart iba a estar a la altura. Pero poco tardó en demostrar que aún le quedaba gasolina para afrontar las exigencias de la
NBA. Tanto fue así, que los Knicks decidieron quedárselo hasta final de
temporada, lo que pronto daría sus frutos. Las bajas de Chandler, Amar’e, ‘Sheed’
y Camby, forzaban a Kenyon a dar un paso adelante.
El propio Martin sabía a lo que venía, rebote, intensidad,
defensa, era lo que le pedía Woodson. Ese espíritu guerrero aún era palpable en
el jugador, quien tampoco tardó en erigirse como el líder de la defensa “knickerbocker”,
siendo un incordio en el poste bajo y dando destellos de ese prodigioso físico
que lo llevó en su día a ser All-Star en 2004. Los focos se centraban en el
espectacular momento que atravesaba la dupla Melo-Smith, pero pocos dudaban del
meritorio trabajo que estaba realizando K-Mart desde el primer día.
La última muestra de ello, fue el pasado sábado, cuando los
de la Gran Manzana se enfrentaban a los Celtics en el primer encuentro de la primera ronda de los Playoffs. Cuando las cosas se ponían cada vez más cuesta arriba a los locales y la pista del Madison Square Garden se convirtió en un auténtico campo de batalla, apareció Kenyon Martin para imponer su ley en la pintura. El hecho de que Chandler estuviera convaleciente y la falta de efectivos en los Knicks, hizo que la figura del veterano 'power-forward' apareciera en escena una vez más para dejar claro que los 'verdes' no se iban a ir de rositas en este primer encuentro. Fueron la entrega y esfuerzo de él y Jason Kidd junto al 'resurgimiento' de Carmelo Anthony en el encuentro lo que finalmente decantó la balanza hacia el lado de los neyorquinos.
Porque a pesar de que no centrase todas las miradas en él, lo cierto es que el bueno de K-Mart acabó siendo determinante en la victoria 'knickerbocker', cosechando 10 puntos, 9 rebotes, 2 tapones y 1 robo en 28 minutos en cancha. Una actuación, que describe a la perfección el momento que vive Kenyon Martin. Porque puede que ya no sea ese '4' ágil y atlético que brillaba en los Nets, pero sí que sigue siendo ese guerrero capaz de batirse el cobre contra cualquiera que ose entrar en la zona.
Este artículo está escrito por @NachoJuanRules. Gracias por su lectura, un saludo.
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